Me calma, me alimenta,
me alegra, me aligera,
me transforma, me enamora.
Vivo al ritmo de sus compases
iluminando mi mundo,
con luces incandescentes.
Mi música es paciencia, destino y fuerza.
Un manantial de sonidos,
la perfección del silencio
que tejen desde antaño sus sabios instrumentos.