Friday, September 01, 2006

Suspiros

Y entonces, sin previo aviso, una oleada azul se hinchó bajo mí corazón y vi sobre una esterilla, en un estanque de sol semidesnudo, de rodillas, a mi amor, que se volvió para espiarme por encima de sus gafas de sol.

Mi corazón se ensanchó con tal fuerza, que casi estalló en mi pecho… y cayo en mis brazos.
¡Y entonces la boca inocente de mi adorado, que temblaba como un flan, se fundió bajo la feroz pasión de mis oscuras mandíbulas femeninas!

1 comment:

Anonymous said...

WUA! me recordaste la historia de dulcidio de Galeano....
alexis